Para empezar, quería preguntarte: ¿Cómo ves al justicialismo local?
Lo veo con cierto desgaste. Creo que están repitiendo algunos de los errores del FCS, que gobernó 21 años apoyados sobre sus padres fundadores. Nunca hubo recambio generacional; el FCS fue Arnoldo, Oscar y Brizuela del Moral repartidos en dos décadas de gobierno. Hoy, con el justicialismo, pasa un poco lo mismo: el eje Jalil-Corpacci-Dusso va camino a cumplir 16 años en el gobierno y ya hay un desgaste importante.
¿Cómo ves el apoyo del
gobernador a Milei y la “Ley de Bases”?
No sé si el gobernador lo apoya a
Milei o está especulando. Pueden ser ambas cosas, que haya una convergencia ideológica
de Jalil con Milei en torno a un núcleo programático ultra liberal, o que
sencillamente este haciendo lobby a favor de la “Ley de Bases” a cambio de
recursos federales. En cualquier caso, el gobernador está apoyando directa o indirectamente
una ley que es la antítesis de lo que propone la doctrina justicialista y a un
presidente que criminaliza la justicia social.
Hablas de convergencia ideológica
pero también de especulación política ¿Cómo sería esto último?
Yo a Raúl Jalil lo veo como un
trader de la política que compra y vende acciones presidenciales con las
encuestas en la mano. Intuyo que, si a Milei le va mal, el gobernador
va a ser el primero en darle la espalda. Pero también puede pasar
al revés, que Milei le dé la espalda a Jalil, y eso es un riesgo potencial que él debe asumir.
¿En qué consiste ese riesgo
del que hablas?
Yo creo que Milei siempre va a
priorizar el superávit fiscal de su gestión por encima de los intereses de
provincias como Catamarca o Tucumán. Creo que el goberndor se expone demasiado al hacer lobby por la "Ley de Bases" y quizá la plata nunca
llegue. Entiendo que para el gobernador puede ser una zona de confort estar
alineado al gobierno nacional, pero también puede que esté dilapidando su
capital político a cambio de promesas vacías.
¿Qué alternativas crees que tiene
el justicialismo frente a la postura de Jalil?
Hay un sector del justicialismo
que dice: nuestra doctrina es la movilidad social ascendente y vamos a defender
esas ideas desde el progresismo. El primero que lo planteo fue Nicolas Zavaleta
y, después, Adriana Díaz del PI. Creo que es una posición sensata a diferencia
de lo que hace Raúl Jalil, porque Milei es una derecha radicalizada y, frente a
eso, tenes que tener un ancla doctrinaria. Además, no todos los catamarqueños
votaron por Milei y no podés dejar a tus electores huérfanos de representación.
¿Se puede gobernar sin
recursos nacionales?
Lo que podés hacer es disminuir
la dependencia de los recursos nacionales a partir de una auténtica política
minera que financie mejor al Estado provincial, pero yo a Raúl Jalil no lo veo
muy interesado en tocar ese esquema corporativo que hay entre las mineras y sus
proveedores. Hoy en Catamarca no hay una auténtica política minera, es más bien
un modelo de negocios desanclado de lo social. Es más, el gobernador apoya el
RIGI que es un capítulo de la “Ley de Bases” que, si aprueba, va a permitir a las mineras tener más exenciones impositivas
y la provincia va a aumentar aún más su dependencia de los recursos nacionales.
¿Cuál crees que el camino que
debería tomar el justicialismo frente a esto?
Puede sonar básico, pero el
justicialismo catamarqueño necesita retomar una agenda progresista y atender
las necesidades más urgentes de los catamarqueños en salud, educación y
seguridad desde un enfoque de priorización de las políticas públicas. Además,
una parte del funcionariado provincial debe romper con el viejo paradigma
weberiano de la burocracia imparcial desapegada de lo social. Creo
que, hasta ahora, Raúl Jalil ha sorteado este déficit de capital político
apoyándose en el trabajo de los intendentes justicialistas. Pero de aquí en
más, y con un ciclo político que va camino a los 16 años, es imperativo que las
generaciones intermedias del PJ, con todas las herramientas necesarias,
apuesten a la reinvención del justicialismo provincial.